En elegante florero, prisionera,
lloraba la preciosa rosa.
Criminal aquel, que sin piedad...
troncho su vuelo,
por placer de mirarla agonizante mientras viva.
Su delito fatal:
fue solo, haber nacido hermosa
Disfruta su aroma, su suspiro final,
el punto y coma
valor aislante de vida hacia la muerte sin cordura.
Ira decayendo su belleza,
al estado final, de su ternura
terminara, en despojo indiferente,
en un sucio tacho de basura.
Tu de todas, la reina de las flores,
la mas hermosa sucumbes al desenfrenado
egoísmo del humano
que a ti y tus pares, troca,
en lucientes y fulgurantes ramos..
Que al recibir la mujer
del hombre amado,
sonriente abraza,
inhalando el perfume de su aroma.
Sabe, no es delito,
el alagar con belleza la belleza
al truncar unas vidas, tan preciosas.
Nicolás Ferreira Lamaita.