Algunos de nosotros envejecemos, de hecho, porque no maduramos.
Envejecemos cuando nos cerramos a las nuevas ideas y nos volvemos radicales.
Envejecemos cuando lo nuevo nos asusta.
Envejecemos cuando pensamos demasiado en nosotros mismos y
nos olvidamos de los demás.
Envejecemos si dejamos de luchar.
Todos estamos matriculados en la escuela de la vida,
donde el Maestro es el Tiempo.
La vida solo puede ser comprendida mirando hacia atrás.
Pero solo puede ser vivida mirando hacia adelante.
En la juventud aprendemos; con la edad comprendemos…
Envejecer es como el proceso de los vinos: la edad estropea los malos,
pero mejora los Buenos.
Envejecer no es preocupante: ser visto como un Viejo sí que lo es.
Envejecer con sabiduría no es envejecer, es madurar.
Envejecer cambia la llama que arde en los ojos del joven,
la hace brillar como luz en los del Viejo.
Siendo así, no existe edad, somos nosotros que la creamos.
Si no crees en la edad, no envejecerás,
solo el día de tu muerte desaparecerán las arrugas.
No dejes que la tristeza del pasado y el miedo del futuro
te estropeen la alegría del presente.
La vida no es corta;
son las personas las que permanecen muertas demasiado tiempo.
Haz del pasaje del tiempo una conquista y no una perdida.
Disfruta el momento y da gracias por lo que tienes.
No tengo edad,
Tengo Vida.
Mariposa de Mayo
11/19/2014