El Sol perezoso me mira
y yo miro al rio en su lerdo andar
con mi sombrero de paja
el loro al hombro
y mi caña de pescar.
Sucede la vida cansina
soñando
y oyendo el paso
del agua cadenciosa.
Me ha contado
el arrullo de la paloma
de los ruidos del mundo
y de la gente nerviosa.
Yo me quedo en la choza
de mi solitaria ribera
y a mi casita no la cambio
por ninguna cosa.
Cuando lleguen aqui
los oropeles del mundo
y los cantos engañosos
me ire en silencio
huyendo lejos
del entorno tumultuoso.
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