Ahora está inmóvil
como el metal azul
y como la eternidad violeta.
¿Acaso está muerta
como la muerte helada?
Le doy de beber
palabras desesperadas
y siento que suenan mudas
en sus oidos quietos.
¿Acaso está muerta
como lo están en su mundo
los lóbregos espectros?
Pero a su piel la siento
casi viva
como un jazmín de enero
o como las chicharras
excitadas de febrero.
¿Acaso mienten
los locos enamorados?
¿Quizás resucitan de amor
los muertos
y están mas vivos que los vivos?
O acaso tengo la razón
mas dañada de lo que he creido
y vienen los enfermeros
a buscarme
y ella no está viva.
Gira como un astro colosal
en mi mente loca y enamorada
la luz de la dulzura
de los besos que me daba.
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