Obligadas fallecen
las pestañas al viento
La aurora renace
cual melodía entristecida
a la vera del rocío.
Pequeñeces compaces
acompañan a la blanca nota
La campana gira al mediodía.
Esperando estaba, a la madrugada
el relinchar del caballo
domado en tu vientre.
Habita cristiana los muros del lamento
se han ido los días de tu alegría.
El retoño sonríe a los vientos
procurando alivio a los tormentos.
luz teresa maldonado folkerts