Ausencia infinita,
párpados caídos,
mi tristeza duerme el daño,
que producen tus palabras
en mis oídos.
Había días felices,
en los que levitábamos,
y bajábamos de las nubes
como aves de sus ramas.
así callábamos.
Estás tan lejos de mi,
como de ese sencillo aroma,
en tus carnes,
Sabías la causa,
y sabías su posible efecto,
el amor te engañó en esta tierra redonda,
decidiste seguir el camino recto,
creen que te equivocaste,
mas yo te digo que hiciste lo correcto,
porque el que tira un dardo,
sabe que va ir directo.