Es difícil describir lo indescriptible
talvez por eso se creó el corazón
para que cada vez que mis ojos capten tu sonrisa,
se apaguen lentamente mis látidos como brasas de un fogón.
Es difícil entender lo que me pasa
y cada pensamiento que en mi se procrea
porque cuando tus labios trascienden muy profundo en mi mirada
todo es nada y la nada se transforma.
Crea vida cada latido
por esa imagen majestuosa de ese mi último encuentro contigo
y como aleteo de mariposa
sigiloso y sin darme cuenta; yo también sonrio.
Podré ver tantas cosas en cada uno de mis viajes
pero en cada lugar y en cada instante,
en cada parpadeo me muevo en el flujo del tiempo
y es que ¡Ahi está! ¡Ahi está ese momento!
Al que me muevo siempre
por conveniencia propia o quizás impropia
a ese dulce segundo
en que estas a mi lado
y ambos con gusto nos encontramos... sonriendo.