Bebo el anuncio del viento,
palomas que se fugaron
cuando aun existías,
cuando aun oía tu silencio
amando el libro siempre cerrado.
El ayer es una carta sin título
vistiendo la solitaria noche
desnuda en tu corazón de luna.
No conozco sino esta noche.
Naciste con el corazón oscuro
sobre la cama descolgada por el tiempo
víctima de las manos y el placer.
Ya no queda la palabra,
el día es la disculpa del dolor
tendido sobre la sombra del recuerdo.