Ante todo lo vivido
se inventó tener memoria,
para poder hilar tranquilos
historias de ruinas y glorias.
Mas el tiempo, tan verdugo,
a veces acorta los hilos,
y me inventé de sembrar flores
por cada sueño dormido.
Margaritas y violetas;
lirios y un girasol,
voy regando y adobando
lo que aún recuerdo hoy.
Y sin dar por los malogros
edifico relicarios…
A los besos aprisionados,
A los barcos hundidos,
A los cuentos inacabados,
A lo que quise y no he podido.
A los sueños compartidos
A la esperanza de un abrazo,
Al amor consumido.
A todas las añoranzas.
Porque todo pasa amor,
Y todo queda, a la vez…
Porque lo nuestro
es pasar
Y lo del mundo,
quedarse.
las flores
aquí me quedan
¿los recuerdos?
allí, tal vez.
(Socorro Maria Lopes)