En las arboledas de los pensamientos,
en una llovizna de tristes lamentos
parece un paisaje perfecto
pero de aquello nada tengo.
Piedras en el fondo con musgo,
parecen que son los surcos
rematando las olas de las aguas,
con el viento tocan su flauta.
En las ideas fluidas tranquilas
no les apetece estar escondidas,
en cambio a las acciones que se marginan
peor no así alejándose de donde se originan.
Durante las ramas de los versos
nada parece un pretexto
y te preguntas ¿Qué es esto?
¿Qué es esta flor de silencio?
Aun así las piedras hablan
y caminando las plantas pasan,
ya no se encuentra lo que se acaban
y en un misterio enigmático se afanan.