Octavio Márquez

Gladio

Aborto de la roca

en manos aciagas,

ávidas de apuñalar

el sosiego que se mese frágil 

y perenne sobre el cálido vaivén del viento.

 

Dedos polutos que acarician

el vientre de una mujer que

duerme bajo el cielo estrellado.

 

Rugido fatuo que asesina

espadas, rompe plumas,

que apaga antorchas.

 

Artificio corrupto,

esfuerzo fallido de unidad.

Madre de una vorágine de flores,

estocadas y pinceladas entrelazadas

en un lienzo que vive y late en

un huevo perdido de salamandra.

 

 

                                                             Octavio Aldebarán Márquez.