Un cuadro hermoso es lo artístico,
de suave estilo, lienzo flamante u antiguo;
ítalo o hispano, griego u americano.
Mano mestiza, pálida
u oscura sea la diestra que divina
encante a los altares.
De la luna sus aristas yazgan
plateados hálitos de cirios celestes;
que las estrellas en su seno
novelen, ¡novelen!
Descolgado del cielo un ángel
en la aurora nívea,
cuando la novia de brazo del novio
camine altiva y serena y blanca,
de tul, ajuar y pensamiento
y el novio, de éxtasis colmado, libre
el esplendor inefable
de la dicha pura en las nupcias blancas
y se incline y reverencie,
¡cuál caballero de lejana Asturias!
A la amada novia
en el altar de Dios,
a quién amor jurase
al compás sublime de los acordes
de un vals de nupcias
en el altar de Dios ...
¡Benditos los ángeles engalanando de lirios
la boda bendita, con aros y angelitos
y bouquets de miel revueltos
sobre los bártulos blancos!