¡No seas insensata!
¿acaso no ves lo que pasa?
¡He abierto los ojos!
Quiero suponer que en tu vida reconoces que has perdido, y te encuentras parada frente a mí con los arrepentímientos de los actos de tu pasado.
¿Crees tú que con palabras la vida cambia?
¡No!
Porque cada quien hace la vida justa y justo como la quiere vivir. Y hoy veo que los remordimientos son la cruz más inmensa que ya no puedes cargar, y bienes a mi pidiendo que te libere de esas cadenas, siendo que tú misma puedes soltarlas.
Quieres culpar el pasado, de lo que pudiste no hace, pero te recuerdo que en algún momento el pasado fue presente, el cual tú tenías el control para que no pasara este futuro, que hoy esta presente.
La pereza de tus cuentos insólitos ya es cansada, por lo bien que te conozco. Así que por favor déjate de patrañas, ya no digas sandeces que cada vez te hundes más en el laberinto de tus mentiras.
Mentiras que me hicieron tragar mi orgullo, que dejaron tirada mi dignidad y aún peor, derrumbaron pedazo a pedazo lo que sentía por ti.
En un momento de la vida intente levantar pedazo a pedazo lo que ya habías deshecho, pero ya no pude eran tantos y tantos que algunos ya habían desaparecido, por tu insistencia tonta de repetir tus errores y de creerme el tonto más grande de este mundo.
Pero dime, ¿Quien soy yo para juzgarte?
Cuando reconozco que yo tuve mis propios errores y en su momento enmendé, por la esperanza de creer un poquito en ti, para que cambiaras.
Hoy los reproches son lo de menos, las cosas ya están hechas, porque ya no existe nada por recuperar.
Bienes a mi buscado paz, te pido por favor ya no lo hagas, porque el perdón va mas allá de una sola palabra y no esta en mis manos.
El perdón no se busca en una palabra, el perdón simplemente se da por añadidura, cuando la vida cambia y aprendes a vivir perdonando tú misma tu propio pasado, y ampliando tu futuro con los actos de tu presente.
Sólo veté, veté y déjame aquí que yo ya me he reconciliado con todo lo que conllevo tu triste pasado, y hoy presente frente de ti tengo en mi vida mucha paz, tranquilidad y el verdadero amor que complementa lo que siempre me hizo falta y que tú desperdiciaste por no sentir un poquito de respeto hacia ti misma.
Es momento de ser quien no fuiste, se libré como lo soy yo.
Marc Téllez González