Enojada baila a la lluvia
tu cara sonrosada
amapola del occidente
crispas tus manos
en mí carne.
Gime de alegría
tu pecho en mi cintura
cual ave en su agonía
por el amor al día.
Miradas cansadas
al final del día
el amor florece
en la campiña.
Nace el dolor
giran los colores
como danzan las manos
en las olas de mis odas.
Saliente el sol, en el poniente
reverberea las montañas.
Los ojos sin mirar ven
tu silueta, se avecinan
las tormentas del querer.
luz teresa maldonado folkerts