El mensaje
Esperó cada día su llegada.
Vendría desde lejos.
En ese instante estaba allí,
a la orilla del mar,
sentada en una roca.
Se levantó, se mordía las uñas.
Caminaba de un lado para otro,
como quien busca algo que ha perdido.
Removía la arena, en ese límite
que comparte con las olas.
Dejó de pronto de buscar.
Adentro su mirada en el mar,
hasta donde su vista le alcanzaba;
tenía que llegar una botella,
la que ella esperaba,
y dentro, algún mensaje…
escrito en una hoja de papel.
Unas palabras que le dijeran
que la amaba. Pero no llegó nada.
Se marchó cuando ya oscurecía.
Al día siguiente regresó,
y encontró la botella que esperaba…
anclada, recostada, casi cubierta
por la arena, muy cerca de una roca.
Un suspiro de alivio se mezcló
al rumor de las olas. Limpió…
y volvió a limpiar aquel objeto
de cristal, que le traería
las palabras soñadas.
Se vio surcar por sus mejillas
un par de lágrimas doradas.
¡Allí, en la botella, no había nada!
Nada, nada, nada, nada…
El eco repetía la palabra…
Mientras ella, llorando se alejaba.
Nada, nadaa, nadaaa, nadaaaa…
Soñador Secreto