juan sarmiento buelvas

cenizas quedaron

Profanando la inevitable despedida

al final de tu partida,

veo tu sombra alargada

como queriendo alcanzar un sueño

suspendido en un ardiente deseo

para escapar de lo que algún día fue.

Con una maleta con pocos recuerdos,

pero llena de sueños sin materializar,

te vi partir, me dolió,

pero te dejé marchar,

sentí que se agotó el ultimo segundo pactado.

No me quedó valor,

ni para la cobarde despedida,

me escapé

hacia el arrabal de la desilución,

en un ocaso sin tregua ni pausa,

donde solo el sentimiento

sería testigo mudo de mi desolación.