No sé si era la maldad del cielo,
Una ola montada en una nube
o una sola flor reptando en el ápice
de la hiedra en mis muros desgastados
por el viento y el aliento de mil amores y desiertos,
lo cierto es que creí;
que me solté a la merced de los alisios
y a la cruel misericordia del sol,
al amparo de la sombra de un ángel errante
de boca de rosa, de boca de espina,
di mis alas al otoño
por primavera di mi vida,
abrí mi pecho y cedí a los vapores del fermento de la uva
Olvide mi mundo por el recuerdo en las yemas de mis dedos
de tu piel desnuda,
el sabor de tu labio de pétalo espumoso
y el aroma de tu cuello tu esencia toda la noche
en mi saliva, la locura del mar
la arena y la sal en mi lengua
y sin alas.. mi áptera letra de ti enternecida.