Un nuevo día me da la bienvenida.
Una nueva oportunidad que me regala la vida.
En mí el aprovecharla o rechazarla.
En mí el crecer o encerrarme.
En mí convertir los obstáculos en oportunidades.
En mí ser feliz o desgraciado.
El sol, en su surgir sereno, decidido, me enseña:
Que mi valor no depende de los otros.
Que todo tiene su tiempo y momento.
Que las cosas suceden por un porqué preciso.
Que el mal no tiene la última palabra en la vida.
Que la luz que poseo no depende de otros para brillar.
El calor del astro rey me recuerda:
Que Dios quiere para mí siempre lo mejor.
Que el amor hay que cuidarlo y cultivarlo.
Que los amigos son bálsamo, don y tarea.
Que un gesto dice más que mil palabras.
Que la vida es como un espejo: si sonrío, me sonríe.
Que es necesario quererme y respetarme siempre.
Que tengo que ser el protagonista de mi historia.