Te vi llegar,
bañada en tu sonrisa
fingiendo sin prisa
tus pasos al pasar;
tu cuerpo dorado semidesnudo
y tus curvas libres se movían
entre tus pasos falsos al andar.
Te vi llegar,
y entre un carrusel de gusanos
sentí el toque frío de tus manos
vives solamente
porque el aire es bondadoso
por mi tú estarías
bajo kilómetros de tierra
encerrada en un calabozo.
No eres más que,
una botella de vino vacía
diluida en el cenit de la existencia
borracha desgraciada
de alma sucia degenerada
envuelta en un carrusel de gusanos
si mis fatales besos
fueron envueltos en tus manos.
Cuanta malicia!
dispersa esta noche
con tu risa
cuanta cobardía!
se ahoga en mi pecho
en agonía
cuanta nostalgia!
palpitando en las botellas
con ansias
cuanta tristeza!
se conjura en mi mirada
deseándote amada.
Borracha desgraciada
sigue así
fingiendo tu vida
para que echada
en tu carrusel de gusanos
sientas la presión
y la fuerza de mis manos.
© Emig Paz