Añoro el tiempo de las ilusiones:
esencias eran de la juventud,
eran de los años de plenitud,
preñado el ayer de los ricos dones.
Se me han roto los ecos de los sones,
que traía el pasar de la inquietud.
De los aires me queda la quietud,
viniéndome sentir de sensaciones.
Una lágrima de mis ojos cae,
recuerdos de otro tiempo florecido
vierten aromas del huerto que tuve.
El andar de caminante decae,
recorro las veredas deprimido,
no encontrando ya lo que perdido hube.
(salvador)