Una tarde bravía,
dos seres mitológicos alados
al rumiar del gran día,
ya suben por los prados
de tus mil besos griegos adorados.
La esfinge está celosa
de la Hespéride azul de tu belleza,
partió de rima y prosa
al tártaro en vileza.
¡Ay! Perseo y Caronte, ella es su alteza.
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John Morales Arriola