Un escritorio regado, papeles por doquier
Una entrada serena, la tuya…
Barres con tus manos ávidas el desorden
Ya no hay rastro de nada
Me aprisionas contra ti
Siento tu latido de norte a sur
Son mis manos un tropel constante
Acarician, aprietan, rozan, se quedan
Las tuyas re direccionadas en un sentido
Detrás de mi nuca y la otra en el pliegue
Ese que deja al descubierto la joya
Tu respiración entrecortada es mía ahora
Ya no hay dos cuerpos, solo uno
Fundidos en el deseo…
Me alzan tus brazos y ahora
Quedo aprisionándote entre mis muslos
Volátil, inmenso, decidido, directo
Te acojo, te merezco, me besas, te entrego.
Jadeamos resuellos, exhalamos placeres.
Un día más como otro cualquiera
Tu mirada me invita a una doble sesión.
***
Isis M. Sargento Soñadora (CUARTEL)
26-11-2014