Nada más tú y yo sabemos cómo la noche espesa
y oscurecen los días y se pasa la vida,
cuando el labio enmudece, cuando la boca besa
o cerramos los ojos cuán triste despedida.
Sólo tú y yo sabemos lo que nadie ha sabido
lo que a nadie le digo lo que a nadie le has dicho;
que hay amores lejanos en un libro dormido
que el tiempo lentamente a de cavar su nicho.
Pero yo te acaricio y tú quizás lo mismo
me desnudo cansado buscando tu regazo
y tú que te desnudas con gracia y optimismo
déjame imaginar tu cuerpo aquí en mi brazo.
Yo no sé si es pecado…porque este amor es puro
te toco lentamente hasta sentirte mía
y de tu boca quiero beberme sin apuro
ese beso callado que prometiste un día.
Por eso te reitero que tú y yo lo sabemos
que la distancia no abrupta en el quebranto;
es por ello que pido que sólo demostremos
que el amor no es lejano… cuando se quiere tanto.