anfaber

Bondades de la soledad y el silencio

 

Sí a cantar y contar, no al parloteo

ni reunión bulliciosa que marea

(¡Que marea en el mar de tus silencios!)

No te sienta la farra, el jolgorio,

Si es de muchos, peor la barahúnda

división, verborragia , desencuentro.

 

Siéntate a descansar, siéntate solo

siéntase el ojo curioso de atisbar ,

sienta ganas de examinarlo todo

pero apenas mirando de reojo,

sin un Ay, sin un Uy, sin el martillo

(fiel verdugo de lo pecaminoso).

 

El silencio sí que es armonioso

no te deja errar, no te da tregua

sobre todo respecto de lo propio

pero es dulce, llovizna poco a poco

verdades que te alumbran la conciencia.

 

No es mera coincidencia que acá estemos

al son del mismo tiempo,  mismo espacio

con la misma costumbre de nacer

y la misma manía de morirnos.

 

Mientras tanto, cada uno y como pueda

unidos, pero solos, bien alertas

a batallas internas, a barreras,

con el otro, que no es otro que nosotros.

 

Mejor solos, cada uno y como pueda

mejor vida apacible y silenciosa

que en la tanta muchedumbre, la ceguera,

ofreciéndose con voces voluptuosas.

 

 

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