Te dije que purgaria esa partida,
por el adios sin sentido,
con la vista en la lejania
y unos trozos de adioses
volando por el horizonte.
Ya no comprendias mi destino,
solo preguntas, remilgos y reclamos,
mi camino se escribe sin tu nombre
y te digo como en otros momentos
no eras la bandera que hizaba al viento.