David Arthur

El lugar de encuentro

 

 

El aire escuchaba con sensatez

esperando el ocaso,

la luna llegará con demorada,

impedida por la intrépida niebla,

agobiando el sumiso ambiente

como un conquistador

 

Ella escribió el lugar de encuentro en su diario,

el supo que era fingido,

sus ojos no brillaban

ningún indicio de alegría,

sus labios apretados para evitar

que escapara una sonrisa

 

Le asesta una cachetada,

ninguna caricia de las últimas hojas

sus tallos rotos

por una repentina ráfaga

 

Quería preguntarle

cuál palabra era inoportuna,

usada como un chivo expiatorio,

una solución de cobardía

sin resolver el acertijo

atormentando su mente

 

Una campana dobla la hora de vísperas,

el acepta la realidad,

el banco cubierto con una toga otoñal

perdonará la ausencia de ella

con el tiempo

 

No espera más,

vadea por un mar de hojas,

expulsados vestidos de árboles pertrificados,

sus esperanzas abatidas

las cuelga en las astas desnudas

a disgregarse

en la escarcha invernal

 

Envueltas en el remolino de neblina

sus crédulas lágrimas

se derraman

en anonimato

 

El cuadro pintado por propio pincel