SASHIGAMI*
Sus ojos se cerraron.
Detrás quedó aquel olor...
a lúgubre pobreza
y a humedad,
su nariz aspiraba aquellos
olores a maderas
nobles
a telas y a tinta
a incienso propio de Kami**
a rezos que sabia a otro
tiempo y otra ciudad
lugar diferente hasta
unos segundo antes.
Por dos veces la nombraron
por dos veces no supo
-ahora era-
una Shikomi***
Un empujón la hizo
entrar en una
estancia
un grito
de impaciencia
una torpe explicación
una urgente exigencia
¡Cerró los ojos!
y quiso oler de nuevo
la podredumbre y el olor
a humedad y miseria.
Olvidar que nadie
le pidió permiso
para doblar el cuello
de Maiko a Geisha.
Borro su color de calle
pinto de blanco de arroz
su cara de muerta
un labio inferior de rojo
amapola...
Nadie vino más a preguntar
por ella...
-sola... sola... sola...-
silencio como una Maiko
repartía
las sashigamis
mientras una voz lo rompía
detrás de ella
¡Sakura... Sakura...!
¡Flor del Cerezo!
Movió su cuerpo despacio
y dejó rodar dos lágrimas
rojas por el oshiroi****
a prisas caminó...
-para olvidar-
para olvidar que a ella
nadie le preguntó si quería
ser una Geisha...
y que una vez fue del cerezo
su flor más linda y bella
27.11.2014
Carmen Hernández Rey
©® autora extremeña
todos los derechos de autora
foto del la Web
*tarjeta de presentación
** Dioses sintoístas.
*** Primera fase en el aprendizaje
de Geisha, antes de ser Maiko
****Maquillaje blanco el blanco
*****Sakura flor del cerezo