Dios en muchos momentos
me parece una realidad
tan lejana y ausente
mas cuando pienso
en la madre tierra
Quien me alimenta
Quien me sustenta
¿Cual era el problema
en adorar lo que ves?
Pero es absolutamente normal
idolatrar lo invisible.
Adorar la tierra,
el agua, el viento,
la fauna, el sol,
la luna, el fuego,
la flora y todo lo que rodea
es pecado para el
delincuente inquisidor,
razón para obligar
al indígena inocente,
tantas veces manipulado
por un espejo,
ahora el reflejo es moderno
y pensamos que es indio
quien se rehusa a usarlo,
alienados por la novedad
caímos en la trampa.
¿Como puedo amar a un
Dios que no veo y odiar
al que si veo?
¿Como puedo renegar
de lo que me da de comer
Quien me acobija y
enseña sus verdades?
Sabiduría y salud
de la tierra es virtud,
lágrimas desangran
su abnegada pulcritud.
Si la naturaleza quiere
puede ser ostentosa
nadie la detiene
pues el derecho tiene
y no me pongo celosa.
¡Oh madre tierra
Eres majestuosa y sublime!
¿Cuando leeremos entrelineas
el contrato del progreso?
Sera que con la miseria
y destrucción caduca
pues no es solo
la escuela quien educa.
El sistema educativo,
yace allí un gran problema
Donde ni xilema ni floema
entran en el tema,
nos educan para el consumo
y no para dar un fruto,
con mis manos
labrar al alcance
los que tengo lo cuido
es mi único transe.
La semilla es la chispa de la vida,
es el inicio y la fuerza,
para mi un milagro,
ver como crece la plantita,
es destello y brillo
para esta mente desarraigada
del consumo omnipresente.