CARTA A MI ESPOSA.
Es causa de desafío, al transcurrir de los años, que perdure la esperanza y se mantenga el amor…
Por consiguiente me digo, si quizás algo ha cambiado, si algo hemos olvidado o debemos mejorar…
O tal vez es la rutina que acostumbra y atosiga,
que es miel de todos los días y se convierte en blasón
que cubre las apariencias
y que hostiga al corazón.
Hoy, he volteado al pasado
para entender algo más,
si una vez hemos amado,
o no sucedió jamás.
El destino, si es que existe
sabrá cual será el final,
será que sigamos juntos,
o termine en amistad.
Cuánto tiempo se ha perdido
o cuanto no se ganó,
cuantos los besos fingidos,
que tanto si se sintió.
A merced de que lo entiendas,
te explicaría pero no,
ni aun yo logro entenderlo
y menos esta razón.
Me lo impide el pensamiento,
me lo exige el corazón
me estremece los sentidos
me calcina la pasión.
De verdad no sé qué pasa
quisiera saber por qué,
ahora no sientes lo mismo
o quizà yo te falte.
No tiene caso mentirnos
esto tal vez termino
solo nos queda ser fuertes
y aceptar lo que paso.
Puede que sea muy difícil,
son años de convivencia
pero es mejor enfrentarlo
y hacer caso a la conciencia.
No sé qué pase mañana
ni que será de los dos,
si volveremos amarnos,
solo lo sabrá dios.
Solo me resta decirte de aquellos días del ayer, por todo lo que me diste,
por lo que fui para ti, por el amor y las ansias, por lo que pasamos juntos:
“UNA Y MIL VECES GRACIAS”.
Tehuacán Pué. 28 de noviembre de 2014
ROSANTO