No soy poeta,
tampoco pintor,
a veces las palabras en su luna de miel
concuerdan,
se aman,
desbordan pasión,
y se posan frente a mi,
las pinto,
las leo,
y las escribo sin pensar,
son mi musa sus colores arcoíris,
son la tinta su danza coordinada,
son mi todo cuando no tengo nada,
son la luz a la soledad,
son el otro lado de la balanza de mi equilibrio.
Lo que siento,
mi adicción es el deseo de escribir sin cesar.