Todo en la vida es poema,
tu sonrisa, tus enojos,
tus lágrimas, tu alegría
y asta tu dulce mirar,
y el embeleso que causa
tu voz a mi despertar.
Todo, todo es poema en la vida,
la sigüeña sobre el río,
y el canto de la cigarra,
la magia de la alborada
y el hechizo que produce
tu pelo sobre mi almohada.
La vida toda es poema,
el crepúsculo, la noche...
tus caprichosos encantos
cuando esa noche de lluvia
cruzaron tus pies descalzos
la distancia que separa
entre la sala y mi cuarto
y en un loco desvarío,
ahogados de cruel astío,
se unierón en un abrazo,
tu corazón y el mío.