Confluyen las aguas cristalinas,
caen en pendiente hacia abajo
con sensacionales saltos,
reflejan un colorido arcoíris,
y mojan las piedras y rocas del trayecto.
Su espectacular caída,
deslumbra por su belleza,
genera sonidos y cantos,
crea música
e inspira para escribir poemas.
El baile de sus aguas
invita a los ríos a su fiesta,
transmiten alegría
que empapa el alma
y nos transforman la mente.
Mi alma aburrida de la monotonía
quiere retozar sus cascadas
para nadar en aguas del amor,
la esperanza y la ilusión.
Impresionada por la hermosura de los saltos de agua,
me pregunto a mí misma
¿Qué sucederá el día que mi alma salte sus cascadas?