Quizàs tù seas un trozo de otoño
pero aùn sigues siendo mi cobijo
donde saboreamos el suspiro
en los dìas que soy sueño tranquilo.
Yo te amo en el sendero de la vida
con melodìas de lejanas brisas,
en silencio, por las noches tranquilas
eres la luz brillando en mis pupilas.
Tù me rescataste un dìa lejano
de mis tiempos cubiertos de maleza,
cuando tu amor fue nuestra fortaleza
y nos cobijò al calor de su manto.
Barnizaste el color de mis trigales
con el velo de suaves nubes blancas,
mecìas mis colores de retamas
acunadas cual cantos estelares.
Quizàs, realmente seas un sueño
buscando mis espacios circulares
recorriendo senderos de mis calles
sobre un espejo còncavo y convexo.