Rafael Pablo

FUISTE EL VIENTO

El viento vuela, en temporal,

furioso y enloquecido.

 

De el mar frío, ha venido
repentino.

 

En la noche, ya oscurecido.

 

Poniendo a la azotea, en mi
puerta y a mi tejado volcado,
en la de el vecino de al lado.

 

A ciento sesenta atraviesa,
toda la noche su tormento,
el barrio donde vivo.

 

Ruge, luego gime y antes de
callar sigue atravesando al
silencio.

 

Desafiando al tiempo, en convulso
movimiento.

 

De las nubes, a las que exprime,
recoge el agua escupida en las
ventanas, a cal y canto cerradas.

 

Se parece al mismo demonio, a un
ritual de exorcismo sometido.

 

Y el tiempo no entra, no puede pasar,
en las almas en vela, que quieren en
San Juan descansar.

 

El viento es un momento, que se hace eterno
sufrimiento.

 

Es un miedo repentino un intenso desatino,
como la vida que termina y deja de soñar.

 

Creo que ha sido creado para al pasado olvidar.

 

Mas cuando en esto pienso, se ha llevado ya lejos
de mi, a mis recuerdos.

 

Y en su cara, más calmado, veo al lamento cansado
de llorar por nada, que esté muerto.

 

Pero no, a los sentimientos que de ti tengo, pudo su
tormento arrancar.

 

Ni al recuerdo de tus besos, que pegados a mi boca
con el viento, me hicieron dejar de pensar.

 

Rafael Pablo