Tu fuiste quién rompió mi sello y me hizo mujer,
quien abrió mi corazón en tí confíe,
quien me dio estabilidad insegura,
la confianza ciega
y el deseo absurdo,
a ti, me entregue.
Aprendí a ser mujer y madre a la vez,
pero, tu fuiste quien me hizo callar,
poco a poco me borré,
quien me hizo temblar,
poco a poco me desequilibré.
Tu fuiste, quien me hizo marcas
que jamás borraré,
quien me hizo ser dura como piedra,
amarga como hiel.
Tu fuiste quien hoy me llora,
porque no te perdonaré.
Abrí mis ojos, ya puedo ver,
abrí mi boca, más que hablar, grite!!!
Tu fuiste... y jamás para mí,
volverás a ser.