En la fresca y tímida mañana
el sol se asoma en la distancia,
y las flores desperezan las fragancias
que de sus almas emana.
Cada flor se siente amada
aunque sea brevemente
pues todas ellas presienten
que en el próximo amanecer
la mañana tal vez no podrán ver
pero igual están felices como siempre.
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Autor: Alejandro J. Díaz Valero
Maracaibo, Venezuela