Se fueron las navidades
con olor a selva fresca
se murió la lana verde
y los helechos en el pesebre,
ya no hay arena blanca
ya no cantan ángeles del cielo
aquellas pascuas dichosas
junto al canto de los gallos.
Solo hay cantos artificiales
sobre árboles dorados de nieve
adornados con caros regalos
y sereno color eléctrico,
la barba larga de Santa Claus
enredada entre sus botas
robó nuestros sueños de infancia
cuando rezábamos por un milagro
arrodillados junto al pesebre.
Se derritieron los muñecos
que simulaban el nacimiento,
los animales los pastores
anunciando la noche buena;
las estrellas colgantes brillando
entre flores blancas de la foresta,
la fe devota de la abuela
hablando del misterio y la magia
de los reyes por su camino.
Se perdieron esas navidades
entre el velo de lo moderno
nadie enciende una vela devota
nadie canta “oh pascua dichosa”
tendrán más brillo y color
todas estas navidades
más yo me duermo en el tiempo
con mi navidad y el olor a selva fresca.
© Emig Paz