Con mil amores
Poeta terrenal y solitario,
un hijo, una ciudad, un par de ardores,
un río allá en la infancia, algunas flores
que brotan en mi patio perdulario.
Y un ángel y un aullido de estepario,
de libre, de inmortal, de mil colores,
de rey de la verdad y sus ardores,
de simple capitán de un sol corsario.
Jamás inmaterial ni millonario,
jamás ni sin hogar ni sin rigores,
por siempre acostumbrado al ruido diario.
Ese, señor, soy yo, y, en mis dolores,
la vida cultivé como a un santuario
en que el fruto regué con mil amores.
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01 12 14