Deshaciendo en el aire
fumé las penas de mi vida
alguien jugaba con una melodía
y me dediqué a escuchar.
En aquel mar de caras
una nena invadió mi mente
permitiendo a esta alma
recordar que un día pudo ser padre.
Tantos obsequios por la vida
yo contaba con tu anhelo... amada mía
¿Para que regalarte rosas?
si puedo escribirte poesía.
Demasiadas sombras
ocultaron mi sol
quisieron cegarme, apagar tu mente
gracias princesa, tu recuerdo, mi vida.
No quiero buscar consuelo
ni aquí, ni en el mas allá
quiero atesorarte y que tu recuerdo me alimente
las memorias de lo que fué amarte.