Empezó el día y empezó mi sonrisa,
distante de todo sentimiento, solo había felicidad,
como un niño, como un tonto...
Las horas pasaban, las ansias crecían,
su rostro se dibujaba entre mis manos,
su sonrisa en mi mirada,
y su respiración bajo una larga y agradable conversación...
Llego la hora y aliste mis versos y pensamientos,
largo el caminar hasta una plaza vacía y a la vez concurrida,
las cartas iban e iban,
ninguna con retorno o respuesta...
La espera se hizo triste y fría,
su presencia me faltaba,
sin conocerla sin verla ya me hacia falta,
esto no debe pasar, pero y si pasa que?
Que agradable la espera,
que distante su silueta, dije,
y camine de regreso,
divagando entre pensamientos e imagenes,
de un café
que nunca fue tomado,
de unas risas que nunca fueron expresadas...
Pero el paso fue firme y decidido,
no termina acá,
será mañana tal vez o quien sabe cuando,
pero su sonrisa me alegrara el día,
me extinguiré entre sus chistes y me perderé entre sus palabras,
tal vez mañana, quien sabe cuando,
pero me conocerá,
la conoceré,
ese día estar por llegar,
mientras tanto,
la espera se ha vuelto mi única felicidad.