En tus arenas
moldeamos angustias:
Rostros, cuerpos, olores;
sueños, añoranzas, amor.
Pensamientos, cansancios;
Pequeñas alegrías de calor.
Y ya todo se va
quedando distante, ante mí.
La rueda gira en mis manos,
como un carrusel
de raras sensaciones.
Soy ola:
Suspiro y me arrojo.
Y vuelvo, y vuelvo…
El destino magnánimo
juega con mis aguas,
contuerce mis entrañas.
Desviste, reviste.
Apunta al horizonte
donde las barcas se asoman.
Y como ola,
humildemente
lamo la tierra,
y regreso despacio
otra vez al mar…
A mi lugar
de nada y de todo.
Inmensidad…
sin darle la espalda
al castillo de penas,
en reverencia
al nombre
plasmado de tempestades
y arenas.
(Socorro Maria Lopes)