Alfredo Daniel Lopez

NOVELA \"EL ADIOS PARTE\" II \"EL VIAJE INESPERADO \"

Pasaron los días, pasaron las semanas y hasta pasaron los meses; sin que de nuestro querido amigo volviéramos a saber más de él.

En vano pregunte por él en el trabajo, ya que solo me reafirmaron lo que temía; \"renuncio sin más, una escueta nota y un muchas gracias por las atenciones recibidas\" fueron sus únicas palabras escritas trás 22 años de eficaces servicios a la empresa.

 

Lo busque en los hospitales, quise poner la denuncia respectiva en la comisería de la zona, pero hay me contestaron que siendo un hombre de 43 años, sin antecedentes penales y sin signos visibles ni de tener enemigos ni de haber sido víolentada su vivienda yo no podía abrir una denuncia; si a ello le añadimos el hecho real de no padecer de enfermedad mental, no había motivo según la policía para ni siquiera empezaran  las pesquisas de \"su búsqueda\".

 

Poco a poco su imagen se fue diluyendo de mi mente, como se deshace un helado al contacto con el sol. Su cara en mi mente era cada vez más amorfa, acostumbrado como estaba a verle y compartir cada día de trabajo, además de fines de semana de timba* con los amigos, o de barbacoas con las mujeres y los niños; se me hacia duro y difícil ya no volverlo a ver más.

 

Solo en sueños y de la mano de Morfeo podía yo visitar a mi querido amigo, al que siempre veía triste y con la mirada perdida. Ni en sueños pudimos conversar lo único que obtenía de él era un esbozo de sonrisa y un fuerte apretón de mano ya que me quería mucho y eso yo lo sabía. Me despertaba sudoroso, con temblores en el cuerpo y algo confuso, pero al cabo de unos instantes entendía el mensaje \"mi querido amigo de amor se está muriendo\"

 

¡Que pena!, ¡que frustración más grande!, presentía la lenta muerte...sentía la agonía de mi querido amigo en el corazón, y era incapaz de hacer algo para impedirlo. ¡Vaya clase de buen amigo que estaba hecho!

Intente sin conseguirlo buscarla a ella, para entre los dos poderlo encontrarle, ya que suponía que ella no sabìa el gran daño que le hizo y lo mal que lo estaba pasando mi querido amigo desde el trágido día de su adiós. Pero no hubo forma de contactar con ella, ya que hay vuelto a su pequeño pueblo de su Lugo natal, del cual no tenía ni dirección ni teléfono, ni forma alguna de localizarla.

 

Recién allí comprendì que aún queriendo como sentía querer a mi querido amigo, poco sabía de él. Nunca ne ocupe por conocer sus orígenes ni ahondar en su entorno familiar, solo llegue a saber que era hijo único y que en un accidente de coche habían muertos sus padres oriundos de Oviedo cuidad, él si que había nacido en Barcelona, eso era todo lo que sabía de mi querido amigo y con ello me parecía suficiente...¿para que buscar en su pasado? me lo pregunte una vez...si así estamos bien y todos somos felices. Nunca pensé que el invierno llega aunque uno no quiera, y si te \"coge desnudo\" menudo sufrimiento pasas.

 

Ahora que ya no estás es cuando más valoro su amistad y me desgarro las vestiduras al no haber sido capaz de ver más allá de mis narices, y solo querer sentir el gozo que me proporcionaba \"su buena amistad cuando estábamos juntos\". Creo que no supe ser un amigo real, ya que en más de una ocasión -era una persona muy reservada y a veces flemática que le costaba compartir sus flaquezas- él deseo abrir su corazón a mi. Yo me mostré esquivo ya que la figura que tenía de mi buen amigo ya me llenaba por completo y me hacía feliz, y no deseaba entrar en su pasado y dejarme acongojar con estos recuerdos cuando así lo pasamos genial...vaya necio que fuí...con lo que le suponía a él abrir su vida, revivir duros recuerdos, traumas y temores; ¡y va y me escoge a mi! pensando que le escucharía y comprendería, que sería empático con él.

Mientras yo solo deseaba escuchar de él que todo había sido dicha y felicidad en su vida, después de trágica muerte de sus padres. Fue con esa visión que yo deseé quedarme de él, con la cual compensaba de alguna forma la dureza de mi niñez y mi juventud...no hubo mala fe de mi parte...solo que no supe captar el mensaje que mi querido amigo deseaba trásmitirne, ahora lloro tristemente mi mal proceder.

 

Siguió el crudo invierno su marcha, dejando en el camino secas hojas marrones, que cruguían aún de dolor al ser pisadas. La gente seguía con su vida normal, el metro cumplía sus horarios y los fines de semana los Centros Comerciales rebosaban de visitantes, dispuestos a dejarse su sueldo muchas veces en cosas que utilizarían solo una vez en su vida para luego darle de bruces en el desván...ley consumista de un país capitalista en época de bonanza...yo para colmo de males me había alienado al sistema y me había convertido en uno de aquellos \"muertos vivientes\" que nunca quise ser. Solo la inesperada y repentina desaparición de mi querido amigo, me habían hecho retroceder a mis orígenes y ver la vida como siempre deseé.

Al invierno siguió la enamorada primavera con sus mágicos amaneceres y el rebrotar de sus verdes campos y praderas. Pero nada de esto me emocionaba como en otrora, la sensación de  vacío que en mi dejo la marcha de mi querido amigo no la podía compensar. 

 

Mi cambio fue tan radical que deje las timbas* de los sábados con los amigos por considerarla trivial y sin sentido. Me dedique más a los míos y a profundizar en sus vidas, mi relación con mi pareja se voy mejorada, pero me volví uraño y esquivo con los extraños.

 

Un hermoso día de verano, en pleno mes de julio y abranzándonos bajo un ardiente sol; me enteré del fallecimiento de mi Tío Alfredo, quién había sido como un padre para mí. De el proviene mi afición a la música clásica, parte de mi pasión por la lectura (la otra parte le corresponde con todos los honores a mi amado tío Daníel) y el entusiasmo por los crucigramas.

 

Apenas supe la noticia cogí el primer avión que pude y marche rumbo Lima, a mi Perú...la tierra que me vio nacer, con la esperanza de arribar allí por lo menos antes de que lo entierren a mi tío Alfredo. Mi familia de allí había pedido al medico del hospital, que le pusieran un tratamiento especial \"post mortem\" para prolongar su estado físico y permitir que la familía repartida por medio mundo pudiese llegar, antes que el cuerpo descompuesto obligase a un entierro rápido.

 

Me esperaba uno viaje de casí  22 contando la escala y el cambio de avión en Madrid, tiempo en el cual no solo recordaría a mi tío muerto, sino que pensaría en donde y como estaría mi querido amigo a quién en mi corazón sentía muy vivo.

 

 Un beso y una flor.

Alfredo Daniel López

 

* Timbas: juegos de cartas de baraja francesa, basada primordialmente en el \"pocker\" y \"la canasta\".