Quisiera solo amarte lentamente.
Sin tiempo, sin espacio, sin prisas.
Poder detener las manillas del reloj,
tener el poder necesario de detenerlo.
Sí, de contenerlo, ¿a quién? A él. Sí a él,
al cruel tiempo que me recuerda en cada
hora, en cada minuto, en cada segundo,
que al llegar el alba, de nuevo nos separaremos.
Quince crueles días nos separarán de nuevo.
Nuevamente lejanos, nuevamente separados.
Cruel dolor que desgarra mi alma.
De repente, el tiempo se vuelve mi amigo,
Quiero que adelante, que sea más veloz.
Me recuerda en el pasar de cada
hora, de cada minuto, de cada segundo,
que al amanecer estaremos de nuevo,
uno al lado del otro, amándonos lentamente,
sin tiempo, sin espacio, sin prisas….
Nadie te puede ver, ni sentir, ni tocar.
Pero ahí estás, impasible, implacable…
Amigo y enemigo a la vez.