Me niego a negar lo que siento,
mas me niego a negarte.
Me niego a no admitir tu belleza,
tu carisma, tu manera de ser y tu carácter.
Me niego a no reconocer que me falta el aire, que tengo un pequeño vacío dentro
que agrandece cada noche
cuando me voy a la cama,
que las mariposas que antes
revoloteaban dentro de mi estómago,
ahora son voraces pirañas
que muerden de dentro a afuera.
Me niego a negar que me ahogo
en el vaso que yo mismo llené
pues hoy más que nunca
me niego a no gritar que me faltas,
¡que me faltas tú!,
porque casi sin quererlo,
me enamoré de ti.
¿Acaso era posible no hacerlo?