Se nos fue la vida amándonos… dedicado a mí siempre amor
Sigo enamorada con la pasión con que me amaste
De los besos que dejaste en mi piel,
De los “te quiero” como un susurro a media noche,
de las canciones nuestras, del vals de las mariposas,
Bailando en el gran salón de tus recuerdos.
Las copas llenas de la esencia de los dos,
con la pasión del beso,
fuego al abrazo del roce con la piel…
quemándonos las entrañas
con fuego, comulgado al beso del deseo.
Amarnos fue morir lento…
En cada madrugada del adiós…
–Esperábamos cada tarde juntar los labios-
Como para no olvidar cuánto nos amábamos,
éramos altar devocional,
y abrazábamos el mismo rezo todo los días
¡No te vayas! Quédate un poco más…
Vivimos la cruel distancia, moríamos sin tenernos.
Descubrimos que nos necesitábamos,
Que llenábamos la soledad, de uno de otro,
Que llorábamos… ausencias…
Ahora recuerdo todo, y más sufro
Por qué tanta pasión y devoción,
Se fue al sepulcro de tus huesos,
Tanto amarnos y no cerré tus ojos,
Censuraron este amor como decreto
Y no hubo mis lágrimas que te lloraran,
En esa lapida fría
no hubo una rosa roja por la pasión,
como recuerdo de habernos tenido.
todo se fue a la tumba que te cubrió,
sin mí, sin ti, porque te quedaste en mí.
Y en tu poesía, en cada verso
De madrugada que me recitabas,
a deshoras solo para ti y para mí
fue ése invierno que ahora vivo sin ti.
-Se nos fue la vida amándonos-
Alicia Pérez Hernández… México
-No es la pluma la que escribe es el alma-.
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