Nocturno de insoportable tristeza de plata
Animas plateadas danzantes en rayos de luna
Lamentos forajidos en penumbra fugaz
La triste canción que no pudo ser escuchada, el violín marca el tempo
En el funeral del corazón sin vida, notas caen en cascada de hielo
Y aquel zorro que cito una vez más, empaña la delicada penumbra
De la noche plutónica jamás nombrada
Está ahí ella, cabello castaño de roble, ojos topacios sacian mi sed
Sabanas mojadas de perfume de amatista
El secreto que no debió haber sido contado…
Mira la ventana, un doloroso e insoportable silencio
Estas ahí trémula, distante nadie te toca
Abrázame fuerte no me sueltes, amor consumado
No quiero necesitarte mi deber es soportarte
Y como una hermana menor llorando por sus padres
Te abrazo en la profundidad del ser
Invitándote a explorar rincones del mar sin fondo
Invítame a esa oscuridad de la cual tu sabes,
Llévame al destrozo del alma
Al delirio sin fin, quiero explorar rincones prohibidos
De incesante peligro, delirio fatal
El zorro desciende por la escalera, mirada fulminante
Ojos penetrantes, aquel vacío en las pupilas
Dame tu mano, bésame ausente
Toca mi alma, rompe mi corazón invítame a padecer en las nubes grises
Sumido en la oscuridad sempiterna, la luz de tus ojos
Es mi guía en el camino de lo etéreo
Dame, tu mano de nieve, dancemos el vals infinito
Y el zorro ruano aúlla en la orilla,
Mientras el violín toca el crescendo áureo
Invítame a pecar, besa aquel corazón infernal
En un abrazo prohibido que no debió ser narrado.