Urgente es el mensaje que les traen
(a más de los regalos...),
así que prepararon mucho mate,
pues deben esperar por el asado.
Chorizos, chinchulín y riñoncitos,
marucha, costilla y entrecot
(se está enfriando el vino
patero que pisaron las hijas del señor).
Los ángeles relatan las historias
antiguas de patriarcas como Lot,
también algunas otras
de países comunistas, y amenizan la reunión.
Como a eso de la una estaban muy alegres,
bailaban y cantaban al Señor,
trajeron las guitarras y el vino en una jarra
con un hielo feroz[1]...
Después de la comida y el dulce de mamón,
guardaron el silencio adentro del cajón,
dejaron de reírse y el rubio a viva voz
les transmitió el mensaje que les enviaba Dios.
-“Deben amarse mucho, dejar la religión,
no intenten sobornarme, sino darme su amor,
no crean que soy muchos, sólo uno soy,
entonces no es tan grande vuestra obligación.
Si quieren háganlo... pero si no quieren no,
es totalmente gratis, también es un honor”.
Allí fue que aplaudieron y varios se pararon,
abrazaron a los ángeles y todos se besaron.
Y hasta la madrugada estuvieron festejando,
(aunque de a dos, de a poco, se iban retirando).
Cuando se hizo de día, los ángeles no estaban,
habían desaparecido, como todos esperaban.
[1] Regionalismo (Paraguay): Grande