Humilde pajarillo que
naces en la primavera,
estación donde las flores
coronan campos y sierras,
o cuando los poetas escriben
odas y bellos poemas
de unos amores que
pudieron ser, pero se fueron,
sobre la esplendorosa y
verde hierva moteada de luceros.
Con tu alegre revoloteo
y tu piar incansable,
eres mi despertador
cuando todas las mañanas
me dispongo a levantarme.
Sin alcurnia y sin complejos
por los campos os movéis,
solo con vuestra bullanguera
alegría y esa camaradería
que con vosotros lleváis
No eres en la paz la paloma,
ni en el volar un halcón,
solo eres un pajarillo
pequeñito y juguetón,
que haciendo mil cabriolas
todos los días los pasas
por los campos de mi tierra,
jugando entre las espigas
y con los rayos del sol.
Sois ejemplo de amistad
como aves solidarias,
no conocéis el rencor
ni la envidia ni la rabia,
nunca os he visto de mal genio
ni tenéis malos modales,
lo vuestro es estar alegres
para contagiarnos a nosotros
los mortales.
Al igual que la amapola
sois el alma del vagabundo,
y aunque no brilláis
como otras aves bellas,
vuestra vida que es muy corta
a vosotros poco importa,
cuando la misión que tenéis es
ser junto a las flores, sus notas.
Por eso como humildes proletarios
vosotros pajarillos campesinos,
no debéis tener cuidado de
lo que os depara el futuro divino,
el Hacedor a los pobres siempre
les prepara el mejor destino,
y el vuestro desde siempre ha sido
amenizar con vuestros cantos
nuestro tortuoso camino.
Por eso en las primaveras y cuando
los que estamos ya nos hayamos ido,
los gorriones humildes
con sus canticos alegres,
recordaran a los que quedan
que van por la misma senda
que llevaron sus parientes.
Joanmoypra