Ese hombre que ahora es dueño de su amor,
No lo culpes de nada pues no tienes razón;
El solo fue galante y se gano su amor
La saco de la angustia y la desolación.
Ese que tú maldices y llamas infeliz
Le curó las heridas que dejaste al partir,
Ha logrado que sea otra vez feliz
Y de nuevo querida la ha hecho sentir.
Ese que hoy la disfruta no ha sido ladrón,
Pues cuando entro en su vida revivió la ilusión;
Le impregnó nuevos aires de deseo y pasión,
Reviviendo esperanzas en su corazón.
Ese hombre que odias con gran devoción,
Ha llenado el vacío que dejo tu traición;
Ha vuelto la confianza a su corazón
Y tu triste recuerdo borro sin presión.
No intentes ya buscarla, tu tiempo paso;
Ya dentro de su alma tu imperio cayo;
Y aunque te moleste te doy la razón,
Te confieso de frente que ese hombre soy yo.