Escondes tras tu pelo
la voluptuosidad sutil
de mi enfermiza enajenación.
Escondite curvilíneo donde guardo
mi más oculta pasión.
Hallo bajo tus hombros,
el deseo que me impulsa
a tejerte un manto a besos.
Refugio donde aguardar
al paso de un nuevo día,
mientras reposa en el
mi cabeza,
Ya que es mirarte y perderla,
nublarse mi mente,
y perderme en la perfecta provocación
que me ofrece tu pecho.